lunes, 7 de abril de 2008

CUMPLEAÑOS FELIZ

Hoy mi niña celebra su cumpleaños y yo celebro no estar de parto. La pienso y siento cada día que ha pasado por ella, cada talla de ropa, de zapato y de patín que ha ido cambiando, cada palabra más que ha dicho, cada hazaña nueva, y la veo evolucionar en mi recuerdo desde su primera imagen de bebé recién nacido hasta hoy. Desde el día mismo en que supe que yo estaba embarazada.

Y sin embargo me pienso a mi misma y no encuentro esos días, hace tanto que me siento siendo siempre la misma. Como si en mi no cupiera todo el tiempo que si ha cabido en ella, como si los siete años se midieran distinto en mi contabilidad.

Pero si pienso un poco más dentro, en estos años me han cabido varias vidas, y por Lenin que las he vivido: en este tiempo he pasado residiendo por dos ciudades distintas, por tres casas diferentes, por dos hombres importantes, por un estado de ociosa profesional dedicada a mi retoño, por una empresa familiar y después por otra mayor con mayores ambiciones y un futuro abierto por delante. Por muchos viajes, por muchas risas, por muchas citas, por muchas compañías bien reídas, por muchas conversaciones y ratitos con multitud de gente o a solas en mi sofá recibidor. Mucha gente, los de siempre, muchos de más y algunos magníficos, un par de ellos de menos. Por algunas crisis que han pasado haciendo mucho ruido, pero al final siempre de puntillas por mi vida, dejándome más datos que no sabía, lo mejor de mis seres queridos, y también mucha más ciencia sobre ellos mismos que me han ayudado a conocerles mucho mejor, saber un poquito más de lo que puede y quiere y lo que no cada uno. Ser consciente de que pueden y quieren, mucho y mucho inesperado. He pasado de peatona a conductora. Por algún momento de observadora atada e inquieta y por mi natural de agitada guindilla activa. He conocido a la persona más importante de mi vida, mi afecto más continuo, la única persona a la que yo he podido querer hasta ahora de forma paciente, constante e incondicional. La he disfrutado y sigo disfrutándola. Y sigo y quiero seguir conociéndola. Mi niña, la torpeda cariñosa, caradura y buena.

No miro mucho hacia atrás y por eso no me noto diferente. Algunas veces asocio nuevas imágenes y sabores a viejos recuerdos y lo pongo en palabras. Miro lo justo hacia delante, el ahorrillo a prever, tal vez la próxima vacación disfrutando en sueños posibles viajes para disfrutarlos dos veces, el soñado y el vivido después totalmente distinto seguramente en destino y en ejecución, sin que me importe lo más mínimo que lo obtenido no se parezca en nada a lo previsto: dos disfrutes en lugar de uno. Miro lo que tenemos que comer próximamente y compro previendo.

No sé donde estaré mañana, puedo intuirlo medianamente, ni idea de pasado mañana. Imposible imaginar que será de mi dentro de otros siete años. Pero deseo que mi vida sea tan excitante como lo ha sido hasta ahora. Deseo que me queden por delante muchos más años como estos. Voy a soplar mi vela.

Pensándome en detalle, sé que no soy la misma geográficamente hablando, y también hay notables diferencias físicas. Felicidades y gracias, Gade. No sé si soy más fuerte ni mejor, pero sí que tengo muchas más ganas.