lunes, 26 de marzo de 2007

MISS MISSES

Estamos en primavera. Y esto lo notan mis cannnnes, que como las ramitas de los árboles no necesitan oir el telediario para saber que ya les toca echar hojitas. A mi me pasa parecido, se me agrupan los indicios inequívocos: el cambio de hora, el alborote de sangre de la Cruela, la plazoleta frente a mi casa llena de blases y niños, las carreras de motos y las de Alonso, el íntimo desaparecido en Marina D’Or (esto si que lo notan mis cannnnes pero de verdad de la buena) y la mítica web de Miss España (http://www.miss-espana.com/doc/miss/certamen/candidatas.asp) rebosando Miss Provincias, y que durante un mes es la página de este Webisferio que más visitamos la Cruela y yo, por encima de Ebay y de los blogs de Terra. Y es que esto del certamen Miss España da para unos estudios sociológicos del nivel Maribel del concurso Gran Hermano. Así que este año además, y obligada por la seriedad con la que yo afronto estos mis post, he decidido comportarme como una Mercedes Milá comprometidísima y profesional y he decidido hacer algo que no había hecho en mi vida: me he tragado la gala enterita (publicidad incluida, salvo pis inevitable) para poder daros una visión global de este mítico certamen. Y sin anestesia ni nada.
Para empezar os diré, que la web de Miss España es una página muy entrañable para mi, porque año tras año las chicas cambian, (y eso que a veces te encuentras a algunas conocidas como a nuestra Odilia Pamela de Super Modelo 2006, que mira, yo no terminaba de ver a qué podía dedicarse una primera eliminada de un concurso así (porque del de Gran Hermano ya se sabe). Pues lo he descubierto: a ser Miss Girona. Pero los que permanecen inamovibles como Putin en Rusia son algunos muy queridos y viejos conocidos míos. Empezando por los estilistas. Durante años yo me pregunté que había sido de aquellos diseñadores de imágenes que tanto influyeron a mi generación desde las revistas totems de mi adolescencia de finales de los años ochenta (Super Pop, por ejemplo), hasta que lo descubrí: todos toditos todos se largaron para Miss España y allí siguen cada primavera llenando la Costa del Azahar de tupés cardados y de laca. De hecho si os fijáis año tras año a finales de marzo se abre sobre Castellón un agujero en la capa de ozono del tamaño del Perú. Pero otros profesionales que también hacen su temporada alta en estas semanas son los fotógrafos de calendarios especializados para talleres mecánicos y currantes del volante, situados en medio de la nada de carreteras comarcales de por poner un ejemplo Teruel (por decir algún sito y para que se vea que existe, oye). Pues estos señores por septiembre más o menos terminan de plasmar su arte infinito en los calendarios del año entrante, cogen sus bártulos y herramientas y a toda leche se largan a fotografiar a las misses según van siendo elegidas por los jurados de sus provincias. Así nos encontramos a estas castas señoritas adornando su cuello con una pitón a la que miran con unos ojos lascivos que a mi me hacen estremecerme pensado en el trago que debía estar pasando el pobre animalito convencido de que iba a ser engullido de un momento a otro por esta Dyana de turno, que de verdad que no hay book de miss que se precie que no incluya una foto con sospechosa pose de replicante mala de V (otra vez, por ejemplo, nuestra Odilia Pamela). También podemos encontrarnos con señoritas con mini mini biquinis sentadas de frente a la cámara con las piernas tan abiertas que a una misma le duelen, pero sin que se sospeche ni siquiera la presencia de comprometida parte física eminentemente femenina, lo que a mi personalmente me lleva a maravillarme de la técnica depilatoria de quien ejecutó las brasileñas sobre esta dama, o a maravillarme de la técnica a secas y más concretamente y otra vez del Photoshop. Y es que de verdad de la buena, que aquí se hace cierta la frase del mítico Candidato Paiña de la película Airbag: “Es que las visten como putas”. Pero esto sucede antes de que la organización y su increíble equipo profesional (“gracias a todos y a Marina D’Or que nos ha tratado como reinas”) meta mano (figuradamente hablando) a las niñas y las transformen cual cenicientas, en dignas candidatas a princesas por un día. Así lees que la página web describe a todas las señoritas con melenas morenas (salvo tres excepciones rubias del modelo rubio español (L’Oreal)). Y tú estas viendo las fotos y solo aprecias el color de cabello estandar español (castaño con reflejos rubios, también L’Oreal) alucinando con tu daltonismo galopante, que es que no hay manera de ver lo mismo que está escrito. Pues tiene su explicación, porque llega la gala y descubres que todas, toditas todas, hasta nuestra Odilia Pamela (que para la gala liquidó el Pamela, y se quedó solo en Odilia), de origen rubio tosta'o, se han teñido de negro zaíno (en este caso no L’Oreal sino Wella, porque esta marca patrocinaba la gala, y se distingue muy fácilmente porque solo este tinte es capaz de conseguir que el cabello tratado colocado bajo un foco revele maravillosos destellos azules). La gala tiene su aquel. En el primer pase las mozas desfilan en biquini y una piensa, “jo, que mala gente, hacerles salir así, nada más comenzar, sin darles ni siquiera la oportunidad de desfilar primero un poco más recatadas para ir cogiendo confianza” pero luego se entiende. Las señoritas pasean de una en una por un enorme escenario y de lado a lado para que a la cámara le vaya dando tiempo a recorrer su anatomía enfocando las partes interesantes a juzgar: pierna, cacha, culo, cintura, tetas y finalmente cara y carda’o. Una a una. Se paran cinco segundillos que son los que se requieren para leer toda la información de interés referida a la candidata y que aparece en pantalla a la izquierda de la cara de la moza en cuestión: nombre, medidas (oye, todas como la Schifer: 90-60-90 cm arriba o abajo), edad y estudios, y por supuesto nada del peso, porque me imagino que sería imposible poner una cifra fija con todo lo que ha debido ir variando a lo largo de las semanas de concentración de las niñas. Tendrían que poner un contador de gramos moviéndose a la baja según las niñas dieran un paso o sudaran, porque no puedo imaginar el hambre que habrán pasado estas criaturas. Y hecho esto, ¡hala! se cargan a la mitad: 26 de un plumazo. Y entonces piensas: vale, o las sacan de entrada en biquini o se pierde la impresionante estampa de todas las provincias ligerillas de carne y ropa. Pues este proceso se va a repetir durante tooooda la gala: paseos en ropa sport (que alegría, otro estilista de la Super Pop) y nuevamente en biquini. Se cargan a la mitad. Desfile en ropa de noche (esta vez elegida por la estilista de la Nueva Vale) y con el pelo recogido para que se puedan apreciar las indisimulables orejas. Se cargan a la mitad. Y nos hemos quedado con ¡seis!. Hasta aquí todo regado con publicidad y más publicidad y más alardes a las excelencias de Marina D’or y los patrocinadores, con arrebatadas declaraciones de las eliminadas algunas llorando a moco tendido, otras no, saludando todas a sus novios y familiares. Pero en llegando a las seis finalistas, eso ya es un despiporre de anuncios. Supongo que porque se había terminado la progamación decentilla de las otras cadenas y Telecinco sospechaba que el españolarium había acudido en masa a ver quien seria la Guapa 2007. Bueno, pues aquí y por fin el recuento de votos uno a uno de cada miembro del jurado. A mi me impresionó un mundo encontrarme con Cecilia Bolocco, presentada como “una mujer bellísima (ex miss universo) e inteligente, el mejor exponente de cómo sacar jugo a un título de belleza” y os aseguro que no lo digo yo, que lo dijo Silvia Jato y se quedó más ancha que larga. Para los que no se acuerden, esta señorita cuenta con el mérito nada desdeñable de haber estado casada con el indescriptible Ménem (Presidente Argentino equivalente en su historia Nacional a nuestro Aznar español, al Berlusconi Italiano o al Bush mundial). Destaca también por haber elegido con mucha más habilidad a su cirujano plástico que su exmarido, (pero admitamos que es poco mérito, que era trabajo fácil). Y por tener programas de éxito en la tele del tipo "Intercambio de Esposas", haber hecho un dineral en Miami casada con su primer marido gay y luego el segundo Ménem bla, bla, bla. Pero claro, hay que ver cómo se quedó Argentina después de ellos: unos se hacen de oro y a los otros les hacen mierda. Es que tiene un mérito también...
En fin. Que yo ya andaba alucinada del todo y las niñas ahí, abandonaditas en medio del escenario, soportando el chorreo de votos, hasta que millones de anuncios después el presidente del jurado dió su veredicto y resultó que la ganadora fue: ¡miss Guipúzcoa!. Y bloggeros míos, llegado este momento y expontaneamente supongo, se nos planta sobre el escenario un pedazo maromo espectacular que resultó ser el novio de la chica, y allí se abrazan los dos llorando a lágrima viva, acompañados de una improvisada musiquilla (también supongo) más que propia de un momento tierno y álgido del programa Sorpresa Sorpresa de la Gemio. Oye, que yo no sé deciros de qué color tiene los ojos nuestra miss, pero su novio azulísimos. Por ahí yo misma (e imagino que gran parte de la España femenina) andaba preguntándome de donde habría sacado ese hombre (si es muy caro, si se puede pagar a plazos), Cruela que de esto entinde, dice que parece holandés. Abrazos, lloros, lloros, lloros. Y la pregunta pertinente a la primera dama de honor. ¿qué vas a hacer mañana con tu título? Y a la niña que con los nervios no tuvo ocasión ni de pensar, le salió el suspiro del alma: “¿yo? ¡ponerme morada de chocolates en el bufé del hotel!”. Pues eso. Que yo me liquidé media colcha de ganchillo y me está quedando de mona…

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